AUTOCUIDADO Y AUTOCONFIANZA COMO ASIENTOS PARA PREVENIR EL BURNOUT. La Importancia Del Cultivo Precoz .

AUTOCUIDADO Y AUTOCONFIANZA COMO ASIENTOS PARA PREVENIR EL BURNOUT. La importancia del cultivo precoz .

Si hay algo que define a los profesionales de la salud, ya desde etapas tempranas de formación es la intención de ayudar y el deseo de cuidar a otros.

Aunque a posteriori algunas especialidades puedan enfocarse en actividades no clínicas, innegablemente cualquier proceso asistencial que implique contacto directo con pacientes, hace visibles esa intención y ese deseo.  Lo cierto es que, tras años en la Universidad, vacaciones reducidas a unos pocos días, viajes o mudanzas lejos del entorno familiar y un sinfín de expectativas, te encuentras un día rindiendo un examen determinante para tu futuro y de forma “casi inmediata”, en una guardia atendiendo pacientes.

Ahí es distinto, lo que dicen los textos no siempre encaja con la realidad del paciente que se tiene delante y la sola idea de cometer un error genera aún más angustia y miedo. ¿Cómo se afronta eso? ¿Cómo se gestiona?  No hay una única respuesta.

Aunque nos cueste admitirlo,  existe la creencia extendida de que contemplar los aspectos emocionales, puede hacernos perder la objetividad y «afectar» la profesionalidad.

Los planes formativos hasta ahora incluyen escasa formación en educación emocional, pero indudablemente quedó demostrado que en situaciones como las que vivimos sobre todo en los dos últimos años, disponer recursos emocionales es fundamental, puesto guardan un correlato directo como protectores frente al estrés crónico y el burnout.

Eso no implica que no haya factores externos a nosotros ( la burocracia, la falta de planificación y de apoyo , entre otros ) que influyan también como determinantes del burnout.

Sin embargo sobre la premisa de que somos los propios sanitarios las herramientas y el vehículo terapéutico, se asienta la idea de que aprender a gestionar las propias emociones es crucial para una práctica eficiente y disfrutable, y aunque los profesionales somos las herramientas terapéuticas, no somos imperturbables. 

El núcleo de saber cómo gestionar mejor nuestras emociones, representa el acto de:

➢ Autorregularse

➢ Ser conscientes de uno mismo

➢ Tener presente la motivación (sentido)

➢ Activar la Empatía

➢ Cultivar y desarrollar la capacidad de relacionarse sanamente con los demás.

En definitiva: fomentar la Inteligencia emocional: esas habilidades que nos permiten identificar y regular nuestros estados de ánimo, los sentimientos y pensamientos, así como los procesos psicofisiológicos que ello conlleva tanto en el plano individual como social (Mayer J.;Salovey P.;Bisquerra R;Caruso D;Goleman D)

Un punto importante es recordar que esas habilidades son entrenables y cultivables, y mediante ese proceso tendremos como resultado:

  • Mejor desempeño laboral.
  • Mejores relaciones interpersonales.
  • Mayor resistencia a la presión y estrés por autorregulación.
  • Una vida mas satisfactoria y equilibrada.

 

Las primeras semillas:

 

Autocuidado: observar-te, atender-te y reconocer tus propias necesidades y emociones.

¿Qué sientes: cansancio, agotamiento, impotencia, rabia…? Tal vez, sientas fragilidad pero no te animas a verbalizarlo, tal vez «un malestar» que no sabes ni cómo nombrar. Quizás quieras hablar con alguien, o sencillamente descansar más .

Autoconfianza: creer en tus capacidades, tus cualidades, tus valores.

¿Cuáles son tus fortalezas? ¿Qué es importante para ti? ¿Cuántas veces te has sentido satisfecho por algo que has logrado?

Efectividad: en la base de elegir dónde focalizar tu atención para los logros, y las acciones. Pero y sobre todo: la actitud.

¿Qué piensas y sientes cuando las cosas no van como quisieras?¿Crees que siempre debes hacer algo? ¿Crees que en este momento tu entorno laboral es hostil?..

Lo importante es comprender que para auto cuidarse y auto concienciarse es necesario como primer paso detener el ritmo y la rutina, aunque sea por breves instantes, para poder escuchar y observar nuestros pensamientos y “sentires”.

La tendencia natural es focalizar los esfuerzos hacia la acción, frecuentemente esto conduce de forma evolutiva a trabajar en modo “piloto automático”, con resultados que muchas veces no nos gustan.  Es importante reconocer que  las disciplinas contemplativas en sus diversas expresiones, han suscitado interés y estudio creciente evidenciando su  impacto positivo a través de  favorecer una mayor resistencia a la presión y estrés,  y una mayor capacidad de  autorregulación. (Guix-Castellanos 2022)

Cabe destacar que no estamos hablando aquí de actitudes de «el mundo maravilloso, de todos buenísimos , fuertes  y contentos todo el tiempo» o « que podemos con todo lo que nos tiren» ; éso no sólo acarrea  malestar, sino que se presta a confusiones y engaños. Porque el día a día, el nuestro y el de todos, es también otra cosa. 

Se trata de comprender que desde nuestra dimensión de seres humanos que cuidan a otros, podemos abrirnos a la posibilidad de desarrollar las habilidades ( algunas incluso innatas), que nos permitan afrontar las situaciones con una perspectiva distinta, y que en definitiva nos permita experimentar bienestar y satisfacción en lo que somos y en lo que hacemos.

 

Cuidarnos para poder cuidar. Seguimos adelante…

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